Eran los años 50 y 60 y un pregón inundaba cada tarde de cada día con la estentórea palabra....."luuupineeero..." ......por avenida Cobo y sus cruces de Picheuta y Cachmayo, un inmigrante italiano cada tardecita aparecía con su balde de chapa con "casera" tapa de madera con bisagra y repleto el habitáculo de lupines frescos y húmedos, ligeramente salados......por los 60 aparecen los envases plásticos masivamente y entre ellos los baldes para "baldear" pasan a ser multicolores y superlivianos...nuestro amigo, elije un balde color verde claro, adapta la tapa de madera y los lupines rebosantes y húmedos como siempre......
Valía equis monedas el puñado generoso de lupines que depositaba el vendedor en nuestras manos unidas y abiertas en par cuando decidíamos ( habiendo algunas moneditas) hacer una compra.....una sonrisa del laborioso italiano, de cutis blanco y pelo entrecano, contextura mediana, delgado y sobriamente ataviado con una chaqueta color habano, estilo mozo de bar.- Ágil y amable, seguramente trabajaría nuestro servidor en alguna fábrica por la mañana, y haría con sus lupines una extra al mejor estilo inmigrante de aquellos años.- "Con un sólo trabajo...no se progresa", rezaba la máxima reiterada y valedera ciento por ciento.-
Los lupines son el fruto de una una planta oleaginosa y colorida y consiste en porotos mas bien grandes y achatados, en color ocre y de ventajas múltiples: reduce colesterol, ácido úrico y diabetes,casi nada, una bendición de la naturaleza.......-Los italianos eran particularmente afectos a su consumo.-
El recuerdo es no sólo veraz,es absolutamente fotográfico y envuelto en una tierna remembranza de aquel ser diario, común y omnipresente; de mi parte, una manera de ir saldando pequeños compromisos con la memoria y los afectos cimentados en años de observación del entorno mas inmediato, el del barrio, contexto sublime donde aprendemos y aprehendemos al mundo y la vida.-mc