domingo, 7 de julio de 2019

OSVALDO SORIANO, SI VIVIERA SERÍA DEL BARRIO.-

                                     Escritor de vida breve e intensa; único hijo de un empleado de Obras Sanitarias y una serena ama de casa, nace el "gordo" en Mar del Plata y vivió con sus padres en distintas ciudades obligado por el peregrino trabajo de su progenitor en la empresa oficial Obras Sanitarias de la Nación; periodista sagaz y cuestionador, novelista exitoso, guionista de memorables películas a partir de algunas de sus novelas: "No habrá mas penas ni olvido" y "Cuarteles de invierno", que describen momentos históricos clave de los años 70; iniciador junto a colegas del diario Página 12; casado con una francesa, padre de  un varón; ex jugador de fútbol de potreros de provincia e hincha de San Lorenzo de Almagro.- Pertinaz fumador y amante de los gatos murió a fines de los años 90, joven y con mucho por escribir.-  Era cuervo de alma que vivió el destierro de avenida La Plata y la inauguración del Pedro Bidegain; estandarte de una porción importante de los futboleros, como buen diletante no era oriundo de la zona, lo que desdice una vez más la relación lugar de nacimiento-sentimientos.-
                      Lo sobreviven su hijo y sus escritos; su adhesión al cuervo y  su "ojo" certero para contarnos cosas del país, también el reconocimiento de sus pares cuervos que lo tienen "ocupando" una mesa con su nombre en el bar temático "San Lorenzo" frente a la entrada del viejo estadio en La Plata y Avelino Díaz; también en murales como el que vemos en la esquina de Quintino  Bocayuva y Salcedo, junto al repecho de Salcedo y a metros del ingreso a "tierra santa" hoy recuperada.- 
                            Algunas de sus frases: "Ser de San Lorenzo es un interminable sobresalto, una carga que se arrastra en la vida con tanto desconcierto y orgullo como la de ser argentino": meridiana apreciación.-
                 Exiliado durante la dictadura fue un ácido crítico de la década menemista; ex centrodelantero en sus años mozos en un club de Cipoletti, otra recalada familiar de la grey del empleado de la empresa oficial del agua corriente.-
                         En 1997 lo despidieron con la camiseta azulgrana  puesta, descansa en Chacarita y a la espera de un reconocimento que no tardará en llegar durante el prolongado éxtasis en que se hallan envueltos los cuervos por estos días de regreso al sitio liminar.- Para completar la frase que alguna vez habrá dicho y viste esa esquina del barrio : "Uno siempre anda buscando los orígenes, nuestra identidad.-" mc